LA CIUDAD DE PARÍS
Ya instalada en el Barrio Latino, hago itinerario para visitar la ciudad, esta dividida en tres grandes zonas que se establecen en función del río Sena.
La cité. Esa gran isla en medio del Sena donde se situaba el palacio real y la catedral
La zona derecha. Con un bullicio de actividades artesanas, comerciales y entorno al Halles, el mercado principal.
La zona izquierda. Con su barrio estudiantil, estaban situados los
colegios universitarios y la propia universidad.
Como lo más cerca que me queda es la zona izquierda, donde estoy instalada, comienzo mi paseo por las calles estrechas y llenas de estudiantes e intelectuales, que pertenecen a la Universidad de París, conocida como la más antigua de Europa, toda la zona que rodea a la universidad se llama Barrio Latino porque allí los intelectuales dan clases en Latín de forma oral.
Continúo mi paseo, paso por uno de los puentes que une la zona izquierda del río Sena, es es la principal vía de transporte de salida y entrada de productos, además del elemento que urbanísticamente define el crecimiento de la ciudad.
Llego a la cité, que es una isla en el centro del río, allí se encuentra la maravillosa Notre Dame, me adentro en su interior, me sorprende su gran rosetón junto con las mas de 200 escaleras para subir a su torre, desde allí observo una maravillosa vista de todo París.
Continúo mi paseo hacia la orilla derecha del río donde se encuentra el palacio de Luis XIV que abandonó para instalarse en Versalles, el magnífico Louvre que junto con el recientemente inaugurado Hotel de Ville en el entorno de Halles.
Me sorprende lo iluminada que se encuentra al atardecer las calles de París y descubro que el rey Luis XIV, cansado de los ladrones que atacan en la oscuridad está creando el centro de portadores de teas y faroles que consiste en una red de empleados que se sitúan con lamparas de aceite y antorchas en los puntos centrales de la ciudad y que acompañan a sus casas a las personas que trasnochan, esta medida está siendo un un éxito y está cambiando la vida en París. Luis XIV ha mandado crear un sistema de iluminación fija, farolas que cuelgan de las fachadas de las casas y que los vecinos encendemos al oscurecer.